Estuvo toda su vida ayudando a los demás. Era el primero en llegar al polideportivo y el último en irse. Siempre quería estar informado de cómo habían quedado todos los equipos. Desde los más pequeños hasta los más grandes. Iba a todos los partidos que podía. Echaba una mano donde hiciera falta. Y todo de manera altruista. Era su pasión, le gustaba ayudar, le gustaba el fútbol.
Durante el día de ayer pudimos comprobar la gran estima y el enorme aprecio que le tenía el mundo del fútbol de Huelva. Las condolencias llegaron de todas partes. Desde el mismísimo Recreativo de Huelva hasta equipos de la Provincial, pasando por futbolistas que han podido jugar numerosos partidos gracias a sus maravillosas manos. Servando no dejaba indiferente a nadie. Y no le caía mal a nadie. Era imposible que le cayera mal a alguien. Siempre con una sonrisa en la cara, siempre con su característica carrera recorriendo el campo de un lado a otro para ayudar a ese jugador que se dolía en el suelo.
Los jugadores del PMD Olont, el cuerpo técnico, los aficionados y todo el mundo de Gibraleón que era cercano al gran Servando agradecen las muestras de apoyo y, en especial, el gesto de la FOF y del Colegio de Árbitros.
Servando no se ha ido. Él estará ayudando y animando a los suyos desde arriba. Su hueco en el banquillo siempre será suyo.
Descansa en paz.
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